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Salud multiplica en Huelva la atención al ictus en las primeras horas para evitar las lesiones cerebrales

El equipo multidisciplinar, liderado por los neurólogos de los Hospitales Juan Ramón Jiménez e Infanta Elena, ha realizado ya 80 tratamientos de fibrinolisis intravenosa y trombectomías en las primeras 4,5 horas durante el último año y medio

Evitar o reducir significativamente las lesiones cerebrales tras haber sufrido un ictus o accidente cerebrovascular son los objetivos fundamentales que se marcaron los neurólogos de los Hospitales Juan Ramón Jiménez e Infanta Elena a la hora de impulsar la implantación del Código Ictus en la provincia, que ha experimentado un importante crecimiento en este último año y medio y ha permitido que hasta 80 pacientes hayan sido sometidos a fibrinólisis intravenosa y trombectomías en las primeras 4,5 horas tras sufrir el accidente cerebrovascular.

Precisamente la rapidez en la atención, fruto de la coordinación entre todas las entidades y profesionales sanitarios implicados y la eficacia de estos tratamientos, son elementos esenciales para reducir o evitar las secuelas que provocan los ictus. La implantación de este tipo de tratamientos, que requieren de un diagnóstico certero en las horas siguientes al incidente, es decir 4,5 horas en el caso de la fibrinólisis intravenosa y 6 horas para la realización de una trombectomía, permite que el paciente pueda recuperarse en gran medida, facilitando el disfrute de una vida normalizada en poco tiempo tras el accidente cerebrovascular.

Un compromiso con los pacientes de ambos centros hospitalarios, que se ha traducido también en la incorporación de nuevo personal facultativo y de enfermería que han reforzado la Unidad de Neurología en estos últimos meses y que ha permitido multiplicar por cinco en poco más de un año los tratamientos de fibrinólisis intravenosa realizados, pasando de una media de 14 atenciones anuales a 63. No hay que olvidar tampoco la incorporación de un nuevo protocolo de atención para la realización de trombectomías, en los casos de afectación cerebral de mayor extensión, que ha facilitado la realización de 17 de estos procedimientos, gracias también a la implicación de la Unidad de Neurología Vascular del Hospital Virgen del Rocío.

Se trata de un circuito de atención prioritaria que, si bien está coordinado por un facultativo del Servicio de Neurología, cuenta con la participación fundamental de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de los Hospitales Juan Ramón Jiménez e Infanta Elena, en los que se llevan a cabo los tratamientos de fibrinólisis y el control posterior, además de las áreas de Urgencias para la detección y de los servicios de apoyo clínico como las áreas de Laboratorio o de Radiodiagnóstico, que deben actuar de forma coordinada y muy rápida para hacer efectivo el tratamiento.

Para la consecución de estos resultados, que han permitido que más de la mitad de los pacientes tratados no hayan sufrido lesiones importantes que les impidan llevar una vida normalizada, ha resultado también fundamental el papel del servicio de emergencias 061 y de los dispositivos de urgencias de la red de atención primaria, cuya eficacia e implicación han resultado decisivos para que el paciente haya podido recibir la asistencia de manera inmediata.

El ‘código ictus’ es una de las acciones que la Junta de Andalucía viene reforzando en el marco del Plan Andaluz de Ataque Cerebral Agudo (PLACA), sobre todo teniendo en cuenta que la patología cerebrovascular constituye la primera causa de mortalidad en mujeres y la segunda en hombres, y consiste en una pérdida de la función cerebral de naturaleza no traumática que se desarrolla de forma muy rápida por la falta de aporte sanguíneo al cerebro. Sus síntomas pueden ser, entre otros, la pérdida de fuerza en medio cuerpo, dificultad para hablar y entender o la pérdida súbita de visión.

De esta forma, cada vez que el servicio de emergencias o el propio personal de cualquiera de los centros hospitalarios o de los servicios de urgencias de Atención Primaria reconoce los síntomas de un posible accidente cerebrovascular, se activa el ‘código ictus’ articulando de forma prioritaria una serie de medidas y actuaciones que agilizan la implantación del tratamiento. Éstas abarcan desde la asignación del nivel 1 en Urgencias, que supone la atención inmediata, hasta la realización de forma protocolizada de una serie de pruebas radiológicas y analíticas iniciales en un periodo de tiempo menor a una hora, y el ingreso en la UCI para la implantación de determinados tratamientos que requieren de una monitorización y una exploración neurológica continuadas.

El tratamiento más frecuente para el ictus consiste en la administración de fármacos, ya que la terapia con fibrinolisis o trombolisis mejora notablemente la evolución de determinados pacientes, concretamente aquellos que presentan infarto cerebral isquémico e importante déficit neurológico. La fibrinolisis consiste en un tratamiento intravenoso con trombolítico, es decir, un fármaco que disuelve el trombo que obstruye las arterias, con lo que se mejora de forma notable la evolución de los afectados. En el caso de las trombectomías, es decir, cuando la oclusión es mayor o se encuentra afectada una parte mayor del cerebro, es necesaria la extracción del coágulo para la recuperación de la circulación sanguínea cerebral.

En paralelo a la oferta de atención urgente a los afectados, la prevención del ataque cerebrovascular constituye otro de los ámbitos de actuación, debido a la necesidad de concienciar a los pacientes con riesgo de padecer un accidente cerebrovascular o aquellos que ya han sufrido alguno acerca de la importancia de la prevención. Se hace necesario un cierto control de los factores más relevantes como la hipertensión arterial (más del 50% de pacientes con ictus son hipertensos), con el cumplimiento de la medicación y la reducción del consumo de sal, así como la atención al colesterol elevado (el 40% de los afectados) y la diabetes, adoptando estilos de vida saludables -práctica de ejercicio físico moderado y seguimiento de una alimentación adecuada, así como el abandono del tabaco-, evitando que puedan volver a sufrir un episodio de estas características.

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